Experimento con la Gigabyte RTX 5090: doble 12V-2×6 y shunt mod

Danny Weber

07:46 15-11-2025

© A. Krivonosov

Un entusiasta modificó una Gigabyte RTX 5090 AORUS Stealth para usar dos 12V-2×6 y shunt mod, elevando el consumo a 808 W con RL y OC hasta 3,2 GHz.

La Gigabyte RTX 5090 vuelve a convertirse en banco de pruebas para experimentos extremos: un entusiasta rehízo la tarjeta para funcionar con dos conectores de alimentación 12V-2×6, el mismo estándar que en los últimos años ha alimentado el debate sobre sobrecalentamientos y fusiones. En lugar de rebajar la exigencia, el modder redobló la apuesta para comprobar si la placa podía suministrar aún más energía.

La plataforma era una Gigabyte RTX 5090 AORUS Stealth, un diseño que permite reubicar las entradas de corriente. Aprovechando esa opción, el modder Yogimuru habilitó ambos conectores a la vez e hizo un shunt mod, sustituyendo las resistencias de medida originales por otras de menor valor. La BIOS seguía marcando 485 W, pero el consumo real subió a 808 W, según las mediciones.

Como el conector quedó en una posición poco habitual, el disipador de serie ya no encajaba, así que la tarjeta pasó a refrigeración líquida personalizada. A plena carga, la GPU rondó los 67 grados Celsius; una cifra más alta de lo deseable por un montaje imperfecto del bloque de agua, que a la postre limitó el overclocking. Aun así, la GPU alcanzó 3,2 GHz y firmó resultados cercanos a la parte alta para esta configuración.

Las imágenes térmicas mostraron que ambos conectores se calentaban de forma uniforme, señal de una ruta de alimentación compartida con reparto simétrico de carga. En la práctica, eso sugiere que los servicios de reparación podrían trasladar el conector a la ubicación alternativa si hiciera falta: la placa lo contempla.

Aunque la ganancia real de rendimiento fue más modesta de lo que sugieren las cifras de potencia, el experimento deja un mensaje claro: la RTX 5090 puede funcionar con dos conectores 12V-2×6, y los shunt mods permiten elevar los límites de consumo a niveles antes impensables. El precio a pagar también queda sobre la mesa: modificaciones profundas, refrigeración a medida y, por supuesto, garantía anulada. Más que una guía, es una demostración de hasta dónde puede estirarse el hardware cuando se asumen esos compromisos.