Danny Weber
10:13 02-12-2025
© A. Krivonosov
Investigadores hallan entre 20 y 40 Mt de arcillas con litio en la caldera de McDermitt, supervolcán en Nevada-Oregón, clave para baterías y seguridad de EE.UU.
En el cráter de un antiguo supervolcán en la frontera entre Nevada y Oregón, investigadores han identificado uno de los mayores yacimientos de litio registrados, con un valor estimado de 1,5 billones de dólares. Calculan que la caldera de McDermitt podría albergar entre 20 y 40 millones de toneladas métricas de arcillas portadoras de litio, suficiente para apuntalar durante décadas a la industria mundial de baterías.
El trabajo, dirigido por el geólogo Thomas R. Benson para Lithium Americas Corporation, sitúa el origen del depósito en una gran erupción ocurrida hace unos 16 millones de años. Tras el colapso de la cámara magmática se formó una vasta caldera que, con el tiempo, se fue llenando de agua. Durante largos periodos, cenizas volcánicas y sedimentos se acumularon en ese cuenco; más tarde, aguas hidrotermales ascendentes transportaron minerales y enriquecieron con litio los niveles de arcilla.
En términos prácticos, el área de Thacker Pass muestra hoy secuencias gruesas de roca rica en litio de hasta 30 metros de espesor, lo bastante cerca de la superficie como para permitir minería a cielo abierto. Esa proximidad mejora de forma notable la viabilidad económica del desarrollo.
Para Estados Unidos, las implicaciones son estratégicas. El país ya ha explotado litio, pero Silver Peak —en operación desde la década de 1960— ha sido durante mucho tiempo la principal fuente. Estimaciones recientes en el sur de Arkansas (5,1–19 millones de toneladas) apuntaban a un potencial más amplio, aunque el descubrimiento en McDermitt parece superar esas cifras por su escala.
Con la demanda global de litio proyectada a multiplicarse por ocho en 2040 respecto a 2022, llevar a producción yacimientos de gran tamaño como McDermitt puede resultar decisivo para la seguridad de suministro de Estados Unidos y la estabilidad de las cadenas mundiales de baterías. Si estos cálculos se sostienen, el hallazgo reordena el mapa de los minerales críticos y obliga a recalibrar prioridades.
Los investigadores subrayan además que la tecnología no se detiene. Hay alternativas a las baterías de ion‑litio —como los sistemas de sodio‑ion— en desarrollo, aunque hoy quedan por detrás en densidad energética y vida útil. A corto y medio plazo, el litio sigue siendo el pilar de la industria, y un depósito de esta envergadura solo refuerza esa trayectoria.