DJI Osmo Action 6: primeras impresiones, 4K/120 y estabilización

Danny Weber

09:28 04-12-2025

© A. Krivonosov

Probamos la DJI Osmo Action 6: sensor 1/1,1 cuadrado, lente 155° con apertura variable, 4K a 120 fps, gran estabilización y 64 GB integrados. Lista para 2025.

La DJI Osmo Action 6 se presenta como una cámara de acción pensada no solo para ser más rápida y nítida, sino para encajar con la forma en que se graba en 2025: hoy en horizontal para YouTube, mañana en vertical, y luego un traspaso ágil al teléfono para recortar y publicar sin rodeos. Pepelac News consiguió una de las primeras unidades de esta nueva generación y comparte sus primeras impresiones.

Sensor y libertad de encuadre

El gran atractivo de la Osmo Action 6 está en el binomio entre sensor y óptica. DJI apuesta por un nuevo sensor CMOS cuadrado de 1/1,1 pulgadas, y la idea del formato cuadrado no es casual: ofrece más libertad a la hora de encuadrar, sobre todo cuando el mismo material debe reutilizarse en 16:9 y también en vertical 9:16 sin convertir la edición en una pelea por los píxeles. En la práctica se siente como aire extra en los bordes: menos estrés para la estabilización, más margen al recortar y una vida más sencilla para quienes graban sobre la marcha y arman la historia después en el móvil.

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Lente y diafragma variable

La otra mitad del dúo es una lente con un campo de visión de 155° y, algo poco habitual en una cámara de acción, una apertura variable de f/2.0 a f/4.0. Es una mejora rara que realmente importa: en este tipo de cámaras los límites suelen estar menos en la resolución y más en la luz y el control de imagen. Abrir el diafragma permite ganar luz al atardecer o con cielos nublados; cerrarlo ayuda a domar la exposición a plena luz del día y a gestionar la profundidad de campo con más gracia, sin tener que recurrir constantemente a filtros ND. Con justicia puede decirse que la apertura ajustable es una de las ideas estrella de este modelo.

Modos de vídeo y calidad de grabación

En vídeo, DJI adopta una vía pragmática: apostar por 4K y altas tasas de fotogramas en lugar de perseguir un 8K exótico por el simple hecho de tenerlo. En las especificaciones aparecen 4K de hasta 120 fps en varios formatos, incluidos 16:9, 4:3 y vertical 9:16, además de un 4K Custom a 3840×3840: el cuadrado pensado para recortar con comodidad según la plataforma. Para un primer vistazo suena acertado: grabar el viaje, la acción, un autoplanazo con la carretera detrás, y decidir en casa qué se convierte en una pieza larga y qué en un clip de 20 segundos. La tasa máxima de bits es de 120 Mbit/s, con codificación MP4 (HEVC), una señal de flujo de trabajo moderno y de equilibrio sensato entre calidad y tamaño de archivo.

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Estabilización

La estabilización ha sido tradicionalmente un punto fuerte de la familia Osmo Action, y esta sexta iteración es compatible con RockSteady 3.0/3.0+, HorizonBalancing y HorizonSteady, con las habituales salvedades según modo y fotogramas por segundo. En deportes esto pesa: una cámara que mantiene el horizonte y aguanta los baches ahorra horas de edición y hace publicable el metraje en bruto. Por ahora, se evita dictar sentencia en uso real: por aquí no hay todavía ni nieve en condiciones ni asfalto limpio. Aun así, el énfasis en varios modos de estabilización y sus límites de fps ya marca las decisiones: a veces tocará elegir entre máxima suavidad y la cámara lenta más extrema.

Cuerpo, protección y pantallas

En hardware, la Osmo Action 6 se nota más hecha. Sus 149 g y su tamaño compacto encajan en la lógica de una action cam, mientras que la resistencia al agua hasta 20 metros sin carcasa y hasta 60 metros con ella convierte la lluvia, las salpicaduras y los charcos en algo irrelevante. Incorpora dos pantallas OLED (1,46 pulgadas delante y 2,5 detrás) con un brillo declarado de hasta 1.000 nits en la trasera, señal de que no está pensada solo para fijarla al casco y olvidarse, sino para comprobar de un vistazo encuadre y ajustes a pleno sol.

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Almacenamiento, inalámbricos y audio

La propuesta de memoria es una agradable sorpresa. Trae 64 GB integrados, de los que quedan unos 50 GB disponibles, y admite microSD de hasta 1 TB: útil tanto para quienes quieren empezar sin tarjeta como para los que graban mucho y a menudo. En conectividad suma Wi‑Fi 6 y Bluetooth 5.1, lo que en la práctica se traduce en pases de archivos más ágiles al teléfono y enlaces más estables con accesorios. El audio se captura con tres micrófonos, lo que abre la puerta a voces más limpias y menos viento en situaciones cotidianas, aunque su comportamiento a velocidad conviene comprobarlo en carretera.

Autonomía

Sobre el papel, la batería suena ambiciosa: hasta 240 minutos en condiciones concretas (1080p/24 fps, estabilización activada, pantallas e inalámbricos apagados). Traducido del laboratorio a la vida real, se entiende más como un margen de seguridad que como la promesa de cuatro horas seguidas. Aun así, la intención de priorizar la resistencia importa: una cámara de acción no debería pedir cargador justo en el momento más interesante.

Precio y contexto de lanzamiento

El contexto comercial completa este primer vistazo. En China, la cámara salió a la venta inmediatamente tras su presentación, y esta unidad se compró allí unos días después. En el sitio oficial, el kit base —cámara, batería y carcasa protectora— parte de los 3.000 yuanes. La disponibilidad en otros países sigue abierta, ya que DJI aún no ha dado detalles.

Como era de esperar, la Osmo Action 6 llega en varios paquetes con diferentes accesorios, desde filtros y baterías extra hasta una carcasa submarina y una amplia gama de anclajes.

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Primeras sensaciones y qué comprobar cuando empiece la temporada

En este primer contacto, la sensación es clara: DJI vuelve a construir una cámara pensada para el día a día y no para salir del cajón solo en vacaciones, apoyada en un encuadre flexible gracias al sensor cuadrado, un control de luz más deliberado con el diafragma variable y modos de grabación prácticos donde el 4K/120 es un caballo de batalla para la acción, no un reclamo. Lo decisivo llegará con la temporada de ruta: cómo gestiona la estabilización las vibraciones, cuánta seguridad muestra en la exposición con la luz cambiante de la carretera, cómo se escuchan las voces dentro del casco y cuánto aguanta la batería cuando se graba sin parar con arranques frecuentes. Cuando la calzada se seque, esas respuestas definirán el veredicto final; por ahora, todo apunta a un paso fuerte y muy lógico hacia delante.