Danny Weber
21:50 27-12-2025
© A. Krivonosov
El superciclo de DRAM por la IA y la demanda de HBM disparan los precios: OEMs elevan tarifas, PCs recortan RAM. Impacto en gamers y si conviene ampliar ahora.
En la segunda mitad de 2025, el mercado de PC parecía bastante estable: llegaban nuevos procesadores y tarjetas gráficas con regularidad, el rendimiento seguía subiendo y el interés por los equipos de juego se mantenía firme. Pero, al acercarse el cuarto trimestre, el panorama cambió de golpe. Esta vez el sobresalto no llegó por las criptomonedas ni por una pandemia, sino por el avance vertiginoso de la inteligencia artificial. La industria ha entrado en un “superciclo” de DRAM que ya provoca una escasez generalizada de memoria del sistema y un alza de precios que recae de lleno sobre los jugadores.
Los modelos de IA modernos exigen un cómputo descomunal. Para procesar y almacenar datos, se apoyan en aceleradores con memoria HBM de alta velocidad. Esa HBM se ha convertido en el principal consumidor de la capacidad de fabricación de DRAM. Producir un solo bit de HBM requiere aproximadamente tres veces más obleas de silicio que un bit de DDR5 estándar, y su empaquetado complejo reduce el rendimiento utilizable de los chips.
Para fabricantes como Samsung y SK hynix, la HBM es bastante más rentable que la RAM de consumo. Los contratos con empresas de IA se encarecen y la demanda supera sistemáticamente a la oferta. Como resultado, más líneas de producción migran a HBM, HBM3E y la próxima generación HBM4, dejando el mercado de DDR para consumo con un suministro insuficiente.
Más allá de la HBM, los centros de datos están comprando memoria de servidor DDR5 RDIMM y módulos especializados para aliviar los cuellos de botella de ancho de banda. La escala de los despliegues de clústeres de IA es tal que, según estimaciones de analistas, ya en 2026 la IA podría representar hasta el 20% de la producción global de DRAM. Eso reduce directamente lo que queda para PC, portátiles y equipos de juego.
La oferta restringida está obligando a los fabricantes de ordenadores a replantear tarifas. Las grandes marcas ya no pueden apoyarse en el inventario para contenerlas. Hay informes que indican que Dell prepara aumentos sustanciales, especialmente en configuraciones con más memoria. Los incrementos de cientos de dólares para sistemas con 32 GB —y aún más para 128 GB— se están convirtiendo en la nueva normalidad. ASUS, Acer y otras siguen la misma senda, y hasta marcas más pequeñas como Framework ya incorporan mayores costes de ampliación en sus planes.
Según integradores de sistemas, 2026 podría ser aún más complicado. Los proveedores intentan frenar el crecimiento de precios, pero su margen de maniobra se estrecha a gran velocidad.
Para usuarios cotidianos y gamers, un déficit de DRAM trae varias consecuencias poco agradables. Primero, los nuevos sobremesas y portátiles se encarecerán. Segundo, los fabricantes pueden empezar a recortar especificaciones base, volviendo a 8 GB de RAM donde 16 GB se había asentado como estándar reciente. Tercero, cabe esperar posibles retrasos en lanzamientos y un estrechamiento de las gamas premium.
Los analistas prevén que el encarecimiento de la memoria hará caer los envíos de PC en casi un 5% durante el próximo año, añadiendo otro lastre al mercado.
En medio de una escasez, la regla principal es no perder la calma. Si tu equipo ya tiene 8 o 16 GB y funciona con solvencia, una actualización apresurada cuesta justificarla a los precios actuales. En la mayoría de escenarios de juego, es más sensato esperar unos meses que pagar de más por los módulos.
Paradójicamente, un PC premontado puede ofrecer mejor relación calidad-precio que un montaje por piezas ahora mismo. Los grandes OEM todavía venden sistemas a tarifas que no reflejan del todo la tensión en memoria. Otra vía es el mercado de segunda mano de DDR4 y DDR5: la RAM, a diferencia de las tarjetas gráficas, sufre menos desgaste, aunque no cabe esperar grandes gangas.