Danny Weber
12:56 28-12-2025
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Resumen de Q2B 2025 en Silicon Valley: avances y límites de la computación cuántica, casos incipientes, visión de DARPA y resultados de Google y Quantinuum
A finales de 2025, Silicon Valley acogió la conferencia Q2B, centrada en el futuro de la computación cuántica y en cómo llevarla a casos de uso reales. El ambiente en los pasillos era de optimismo moderado: el sector avanza a ojos vista, pero un ordenador cuántico realmente útil y estable sigue en el horizonte. Por ahora, estos equipos son instalaciones experimentales complejas más que herramientas para cargas de trabajo cotidianas.
Como señala el medio BODA.SU, los ordenadores cuánticos se diferencian de forma radical de los tradicionales. Aprovechan efectos de la física cuántica que, en teoría, les permiten resolver ciertos problemas más rápido que los superordenadores clásicos. En la práctica, sin embargo, los cúbits son extremadamente frágiles y propensos a errores ante la mínima perturbación. Por eso, los dispositivos actuales encajan mejor en la investigación, las pruebas y las demostraciones de capacidades que en cálculos largos y fiables.
Parte del atractivo de Q2B reside en su enfoque práctico: menos teoría abstracta y más el cuándo estos sistemas empezarán a compensar de verdad. Joe Altepeter, de DARPA, señaló que la probabilidad de ver un sistema útil para la industria hoy parece mayor que hace unos años. Es una valoración que tiene peso, porque DARPA fundamenta sus evaluaciones en validaciones independientes y no en promesas corporativas.
Los acontecimientos de 2025 aportaron impulso, aunque con cautela. Google, Microsoft y Quantinuum mostraron resultados difíciles de reproducir por métodos clásicos, aunque en escenarios muy acotados. No es la antesala de un gran salto, pero sí sugiere que los ordenadores cuánticos empiezan a exhibir rasgos ausentes en el hardware convencional. Con todo, los problemas más duros —errores, escalado y costes— siguen ahí.
Para el usuario de a pie, la conclusión es sencilla: los ordenadores cuánticos no sustituirán a los dispositivos habituales ni llegarán a casa en breve. Aun así, Q2B dejó clara una deriva relevante: el campo se encuadra cada vez más como un esfuerzo de ingeniería y economía, no solo de ciencia pura. Si el ritmo actual se mantiene, los primeros años de la década de 2030 deberían despejar qué camino conduce realmente a un ordenador cuántico «útil». Ese cambio de foco ya insinúa una tecnología que abandona el laboratorio para medirse en entregables y compromisos: un progreso más silencioso, pero progreso al fin y al cabo.