Sennheiser HDB 630: análisis a fondo del sonido audiófilo por Bluetooth con el dongle BTD 700

Danny Weber

21:05 27-10-2025

© Sennheiser

Probamos los Sennheiser HDB 630: auriculares Bluetooth con sonido audiófilo, ANC adaptable y dongle BTD 700 aptX Lossless. Ventajas, límites y autonomía real.

Durante años, Sennheiser ha sido sinónimo de sonido preciso y limpio. Ahora, la firma alemana se adentra en un terreno que no había dominado del todo: audio con nivel audiófilo, pero sin cable. Los nuevos Sennheiser HDB 630, con un precio de 500 dólares, buscan llevar calidad de estudio por Bluetooth. ¿Lo consiguen? Sí, aunque con matices.

Diseño y ergonomía

Sennheiser afirma que los HDB 630 toman prestada la carcasa de los Momentum 4, y se nota. La forma y el ajuste son realmente cómodos, aunque la apariencia queda más en la franja media que en la de un buque insignia a este precio. Predomina el plástico, con discretos toques plateados que aportan algo de empaque, pero aquí la prioridad es la funcionalidad.

En la copa derecha se integra un panel táctil con gestos de deslizamiento, toques e incluso un pellizco. Ese pellizco activa la cancelación de ruido adaptativa y permite afinar el ANC al vuelo. La idea seduce, aunque el “lenguaje” de gestos no siempre resulta intuitivo de recordar.

Por lo demás, suena a Sennheiser conocido: almohadillas suaves, una presión de sujeción bien calibrada y una gran aislación pasiva. Aunque pesan un poco más que los Momentum 4, los HDB 630 se mantienen cómodos en sesiones largas, lo que dice mucho de su enfoque centrado en la ergonomía.

Sonido: más cerca del ideal que nunca

El gran titular es un juego de nuevos transductores de 42 mm y un sistema acústico revisado a fondo. Prometen una afinación neutra y equilibrada, con medios vivos y una escena amplia, buscando acercarse al carácter de unos abiertos por cable.

De serie suenan muy bien, pero su verdadero potencial aparece con el dongle BTD 700 USB-C incluido. Permite transmisión a 24 bits/96 kHz mediante aptX Adaptive y aptX Lossless. Una vez conectado, la escena se abre, la imagen se define y los instrumentos ganan profundidad con más credibilidad.

Con el códec SBC estándar, la presentación se queda atrás: es limpia, pero sin chispa. Configurados “como toca”, eso sí, los HDB 630 se aproximan de forma sorprendente a unos monitores de estudio abiertos.

Un ejemplo musical lo ilustra. La banda sonora TRON: Ares de Nine Inch Nails llega con graves profundos, pegada notable y textura rica; se percibe que la música respira. Al pasar a rock más denso como Horizons/West de Thrice, la escena se estrecha un poco, baja la energía y el sonido se aplana. La conclusión es clara: estos auriculares brillan con electrónica, instrumental y material atmosférico, y se sienten menos cómodos con géneros más pesados que piden un grave muy contundente y sostenido.

Ajustes y funciones

La app Sennheiser Smart Control Plus ofrece una afinación flexible. Un ecualizador paramétrico de verdad permite moldear la curva de frecuencias, no solo mover un par de deslizadores; así es más fácil sumar cuerpo en graves para rock o suavizar el extremo agudo para jazz.

La función Crossfeed mezcla los canales izquierdo y derecho para emular altavoces. El efecto es contenido pero agradable, y el resultado se percibe más natural.

Entre las demás funciones destacan la cancelación de ruido adaptativa, el modo transparencia, la conexión multipunto y Auracast para emitir audio a varios dispositivos. El peaje: los ajustes solo se gestionan desde el smartphone. Sin app de escritorio, ajustar en el PC es menos cómodo de lo deseable.

Cancelación activa de ruido y llamadas

El ANC no revoluciona, pero cumple con nota. Contiene voces, zumbidos de oficina y ruido en desplazamientos, quedando muy cerca de los Momentum 4. No llega al nivel de Bose o Sony, aunque en el día a día la diferencia se siente pequeña.

En llamadas, la voz llega limpia y el ruido de fondo se reduce de manera clara. Aunque Sennheiser asegura una mejora en llamadas usando el BTD 700, en la práctica los mejores resultados vienen de los propios micrófonos del auricular.

Autonomía

Las 60 horas anunciadas con ANC se sostienen. En escucha habitual con cancelación de ruido, los resultados se acercan mucho a esa cifra. Con el dongle a bitrates altos, la autonomía cae a unas 45 horas, que siguen siendo llamativas.

No hay un modo pasivo completamente por cable sin alimentación, pero una carga de 10 minutos rinde aproximadamente siete horas de reproducción, una salvación en días de viaje.

Alternativas

El segmento premium está apretado: Sony WH-1000XM6, Bose QuietComfort Ultra, Apple AirPods Max y Bowers & Wilkins PX7 S3. Sony clava el equilibrio de funciones, Bose marca el listón de comodidad y Apple apuesta por diseño y ecosistema. Si la vara de medir es solo la calidad de sonido, los Sennheiser HDB 630 se ponen por delante.

Veredicto

Los Sennheiser HDB 630 no son “otro inalámbrico más”: buscan el punto de encuentro entre el rigor audiófilo y la comodidad diaria. Suenan de forma soberbia, especialmente con el dongle, con detalle y profundidad que antes pedían amplificador y cable.

Su diseño no atraerá miradas, y los 500 dólares invitan a pensarlo dos veces. Pero para quien persigue la máxima calidad sonora en formato inalámbrico, apuntan a ser la elección destacada de 2025. Eso sí, mejor no olvidar el dongle: sin él, los HDB 630 ceden una parte visible de su encanto.