Los teléfonos de lujo más caros: diamantes y series exclusivas

Danny Weber

22:33 30-10-2025

© Vertu

Descubre los teléfonos de lujo más caros del mercado: ediciones limitadas con oro y diamantes de Vertu, Gresso, Serenata, Amosu y Ulysse Nardin. Precios.

En la telefonía móvil existe un club muy reducido de teléfonos ensamblados a mano que se valoran menos por el procesador y más por la suntuosidad de su ejecución y su rareza. Los récords de precio suelen recaer en encargos únicos —como los iPhone con diamantes del joyero Stuart Hughes o el Falcon Supernova iPhone 6 Pink Diamond de 48,5 millones de dólares—, pero aquí el foco está en exclusivas comercializadas en tiradas de al menos 10 unidades: piezas que también entraron en los libros como algunos de los teléfonos más caros jamás vendidos.

Vertu Signature Diamond Collection (200 unidades, ~88.000–310.000 dólares)

Vertu, fundada por Nokia, construyó su reputación con teléfonos de lujo ensamblados a mano. Su línea más costosa fue Signature Diamond: apenas 200 unidades, con diseño del joyero francés Boucheron. Estaban disponibles en oro blanco o amarillo de 18 quilates y en platino, con todo el bisel frontal pavimentado de diamantes.

Entre las piezas más llamativas figuraron los Vertu Signature Cobra y Signature Python, decorados con motivos de serpiente en oro engastados con piedras preciosas. El Cobra lucía una serpiente de oro enroscada alrededor del cuerpo, con 439 rubíes y ojos de esmeralda. Los precios ascendieron hasta los 310.000 dólares, y la tirada limitada no hizo sino aumentar su magnetismo. La mezcla de metales nobles, acabados de alta joyería y el reconocido servicio de Vertu consolidó a Signature Diamond como una de las series de teléfonos más prestigiosas jamás fabricadas.

Gresso Avantgarde Grand Premiere (30 unidades, 50.000 dólares)

En 2011, el fabricante ruso Gresso presentó el Grand Premiere de su línea Avantgarde: un teléfono de oro para amantes de los excesos más exigentes. El cuerpo monolítico emplea 150 gramos de oro de 18 quilates, mientras que el frontal y la trasera se enmarcan en cristal de zafiro que suma 138 quilates.

Un acento triangular en oro remata el diseño, y cada unidad lleva su número grabado en la parte posterior. Sus entrañas son discretas (plataforma Symbian S40, cámara de 2 MP, Bluetooth), pero esta compra va de portar una pieza de exhibición. Con un precio cercano a los 50.000 dólares, el Grand Premiere estuvo entre los teléfonos de producción más caros de su época: uno que se elige por la mirada antes que por la hoja de especificaciones.

Bang & Olufsen / Samsung Serenata Diamond Edition (10 unidades, 60.000 dólares)

El inconfundible Serenata, desarrollado conjuntamente por Bang & Olufsen y Samsung, también recibió un tratamiento ultralujoso. La Serenata Diamond Edition se limitó a 10 unidades. Su cuerpo deslizante se fundió en oro puro de 24 quilates (unos 140 gramos) y se adornó con diamantes que totalizan 16,25 quilates.

La característica rueda circular de desplazamiento también fue engastada con gemas. En la caja, un estuche de cuero de avestruz aportaba otro guiño de estatus. Con un precio en torno a los 60.000 dólares —y un enfoque pensado para el audio y el diseño, más que para la imagen—, esta Serenata en oro se convirtió en una declaración donde el diseño sonoro de alto nivel se cruza con el exceso de joyería.

Nokia N95 de Alexander Amosu (25 unidades, 43.000 dólares)

El legendario Nokia N95 vivió una segunda vida en manos del diseñador británico Alexander Amosu. En 2008 lanzó una serie limitada de 25 unidades para compradores dispuestos a pagar por el estatus —y por un clásico—. El cuerpo se fabricó en oro blanco de 18 quilates y se engastó con 675 diamantes.

Cada teléfono se numeró de forma individual dentro de la tirada de 25. En lo técnico, seguía siendo un N95 estándar —un buque insignia de su era—, pero el protagonismo recaía en el trabajo de joyería. Con un precio de unos 43.000 dólares, el Amosu N95 Diamond sedujo tanto a los amantes del lujo como a los del nombre Nokia, demostrando que un icono de masas puede renacer como tótem de estatus cuando se viste de oro y piedras.

Ulysse Nardin Chairman Diamond Edition (100 unidades, ~130.000 dólares)

El relojero suizo Ulysse Nardin, junto con Scientific Cellular Innovations, creó el Chairman: un híbrido entre smartphone y alta relojería. La Diamond Edition, limitada a 100 unidades, fue su cima. Un auténtico rotor de reloj en la trasera subrayaba las raíces horológicas de la marca. La caja combinaba oro blanco de 18 quilates con 3.000 diamantes tallados a mano. El teléfono funcionaba con Android, incorporaba pantalla táctil de zafiro, lector de huellas y hasta una corona mecánica de cuerda en el lateral.

El precio alcanzó los 130.000 dólares por unidad. En total se produjeron 1.846 Chairman en todas sus versiones (en alusión al año de fundación de la marca), de los cuales cien correspondieron a la variante con diamantes. Los compradores a menudo esperaban hasta siete meses para recibirlo, un recordatorio de que aquí había tanto atelier como electrónica de consumo. El Chairman Diamond pasó a la historia como el Android más caro de su tiempo.

Conclusión

Aunque la tecnología envejece a toda velocidad, los teléfonos de lujo preservan su valor gracias a los materiales preciosos y a una escasez férrea. Los modelos anteriores son solo una muestra de los dispositivos comerciales más costosos a los que acceden los entusiastas con bolsillos profundos. Sus creadores transmitieron una idea sencilla: un teléfono puede ser antes que nada una joya y después un gadget, producido en tiradas de apenas unas decenas. Un objeto así irradia estatus de inmediato, al nivel de un buen reloj o de un automóvil, y difícilmente pasa desapercibido.