China levanta en Wuhu una ‘isla de datos’ que une centros de datos con UB‑Mesh de Huawei, impulsando IA en ciudades clave y aprovechando chips subvencionados.
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En la cuenca del río Yangtsé, en una isla de más de 300 hectáreas en la ciudad de Wuhu, toma forma una de las apuestas digitales más ambiciosas de China. Donde antes se extendían arrozales, está a punto de alzarse una “isla de datos”: un gran conjunto de centros de datos para Huawei, China Mobile, China Telecom y China Unicom. Este polo forma parte de una iniciativa de 37.000 millones de dólares que, según fuentes, algunos han apodado Stargate para China. La escala no solo impresiona; también deja claro el rumbo.
El objetivo es coser la capacidad de servidores dispersa por el país en un tejido único mediante la tecnología UB-Mesh de Huawei. Actualmente, China concentra alrededor del 15% de la potencia mundial de cómputo para IA, mientras que Estados Unidos ronda el 75%. Al consolidar centros de datos, el plan busca inclinar ligeramente ese equilibrio y acelerar los servicios de IA para megaciudades como Shanghái, Hangzhou y Nankín. La apuesta es clara: la orquestación y la cercanía pueden elevar el rendimiento, más allá de la velocidad bruta de cada chip.
El emplazamiento de Wuhu es solo una pieza del rompecabezas. Se están construyendo polos similares en Ulanqab (para Pekín y Tianjin), en Guizhou (para Guangzhou) y en Qingyan (para Chengdu y Chongqing). Los centros de datos más antiguos, situados en regiones remotas, se destinarán a entrenar grandes modelos de lenguaje y a servir como capacidad de respaldo. Un excedente de chips que antes quedaba ocioso por fin podrá ponerse en marcha: las autoridades ofrecen subvenciones de hasta el 30% para su compra. Es una forma pragmática de convertir el exceso en flujo útil.