Analizamos las novedades de Apple Maps en iOS 26: Liquid Glass, Preferred Routes y Visited Places con procesamiento local, pero aún por detrás de Google Maps.
© A. Krivonosov
iOS 26 se perfilaba como el momento en que Apple volvería a plantar cara a Google en navegación, pero la realidad ha sido más discreta. Pese a una amplia actualización del sistema, Apple Maps recibe solo un puñado de añadidos que los usuarios de Google Maps consideran estándar desde hace años. En conjunto, el avance se siente comedido para quien esperaba un salto claro en el día a día.
El cambio más visible es un lavado de cara llamado Liquid Glass, que introduce elementos de interfaz translúcidos. Las reacciones han sido desiguales: algunos usuarios señalan que el aspecto recuerda al diseño de Windows Vista. Apple también incorpora “Preferred Routes”, una herramienta que aprende los trayectos habituales y avisa con antelación de atascos, y “Visited Places”, que reúne un historial de los lugares en los que ha estado el usuario. La compañía subraya que todo el procesamiento se realiza de forma local en el dispositivo.
Aun así, la app de mapas de Apple sigue notándose más limitada frente a Google. Los datos cartográficos llegan con lentitud, las vistas de ciudad con alto nivel de detalle siguen confinadas a unas pocas regiones años después, y opciones muy solicitadas, como la vista satélite durante la navegación giro a giro, continúan ausentes. La fotografía resultante es familiar: el servicio va por detrás de Google Maps y Waze, sobre todo en Europa, donde los usuarios tienden hacia la oferta más madura de Google.