Cómo evitar estafas en compras online en Black Friday y rebajas

Las ventas navideñas son terreno fértil no solo para los compradores, también para los estafadores. En periodos de descuentos masivos como Black Friday o las rebajas de Año Nuevo, la ciberdelincuencia se dispara. Mientras unos persiguen la ganga perfecta, otros acechan sus carteras. El repertorio de engaños no deja de refinarse: estafas cada vez más verosímiles, webs falsas, oleadas de correos y una explotación constante de la confianza con ingeniería social. El equipo de Pepelats News analizó las trampas más comunes y cómo esquivarlas.

Estafas habituales en temporada de rebajas

Tiendas falsas y sitios clonados

Un clásico consiste en levantar páginas fraudulentas de marcas conocidas que imitan al detalle a las oficiales. Prometen descuentos enormes, de hasta el 90 %, y exigen el pago por adelantado. El desenlace se repite: el comprador paga y no recibe nada. Suele empezar con un enlace a un clon que anuncia precios “de impacto” del 80–90 %, la persona corre a pagar y, acto seguido, desaparecen la web y el supuesto vendedor. A menudo, ese enlace llega por SMS, mensajería o redes sociales y conduce a una pasarela de pago falsa que captura los datos de la tarjeta al momento.

Phishing disfrazado de promos y regalos

Los delincuentes adoran el anzuelo de las promociones exclusivas. Antes de las fiestas lanzan mensajes sobre sorteos, rifas o cupones con bonificaciones extra. El enlace parece llevar a un comercio, pero abre una página impostora diseñada para robar datos personales y de pago. En ocasiones informan de que la persona ha resultado ganadora de un gadget o de un cupón muy generoso y piden abonar una pequeña “tasa de envío” o un “impuesto”. En cuanto reciben ese dinero, se esfuman y, como era de esperar, no hay premio.

Ingeniería social: presión y trucos

Descuentos urgentes para apurar la decisión

La palanca emocional es fundamental para los estafadores. Una maniobra habitual es crear sensación de escasez y prisa. Sitios y correos muestran contadores regresivos, mensajes que dicen que la oferta solo vale hoy durante unos minutos o que decenas de personas están mirando el mismo artículo. La meta es que pagues antes de pensar. Si aparece un descuento increíble junto con el ultimátum de comprar ya, es una señal clara de alerta. Vale la pena respirar hondo antes de teclear datos: las tiendas legítimas no fuerzan decisiones en segundos.

Falsos empleados y problemas inventados

Otra táctica son las llamadas o correos que se hacen pasar por atención al cliente o por una empresa de mensajería. Alegan un problema inexistente, como un doble cargo o un fallo en el pago. Ofrecen un supuesto reembolso y piden dictar los datos de la tarjeta o transferir fondos a una cuenta “especial” para recuperar el dinero. Tras seguir las instrucciones, el operador corta el contacto y el dinero vuela. En una variante, un mensajero falso llama para confirmar la dirección y solicita un código SMS. Compartir ese código equivale a entregar las llaves de la cuenta o del perfil: un atajo para saquear finanzas y paneles personales. Se han visto casos en los que, con el pretexto de verificar un pedido, logran ese código y vacían la tarjeta.

Secuestro de cuentas y desvío de contactos

Los mercados en línea tampoco se libran. Los estafadores hackean cuentas reales de vendedores y, haciéndose pasar por ellos, piden al comprador que envíe el pago directamente a una tarjeta personal, saltándose la plataforma. El comprador cumple y se queda sin producto: revertir una transferencia a un desconocido es poco menos que imposible. También publican anuncios falsos de productos de segunda mano con precios llamativamente bajos. Tras captar al interesado, lo sacan del entorno seguro hacia un mensajero externo, donde presionan para obtener datos o exigen un anticipo. El guion se repite: un “móvil nuevo” a mitad de precio, una pequeña reserva por adelantado y el salto a una app de mensajería; después de cobrar, el vendedor desaparece o inventa nuevas excusas para más pagos, sin entregar nada.

Cómo blindarse como comprador

Para no morder el anzuelo en plena temporada de rebajas, la vigilancia marca la diferencia. Estos pasos son realmente útiles:

Compra en plataformas de confianza

Opta por las webs oficiales de comercios conocidos o por apps de mercados verificados. Tiendas desconocidas con precios imposibles son un riesgo evidente.

Revisa la dirección y la seguridad de la conexión

Antes de introducir ningún dato, comprueba que la URL es correcta (sin letras de más ni erratas) y que empieza por https://. Las páginas de phishing imitan la original, pero cuelan algún cambio mínimo, como una letra o un número extra. Si la web va inusualmente lenta, se ve mal o está plagada de errores, mejor salir de ahí.

No sigas enlaces al azar

Ignora correos y mensajes de remitentes desconocidos que prometen descuentos y premios. Si una “oferta” parece venir de un banco o de un comercio, no hagas clic: abre el sitio oficial en otra pestaña o búscalo en el navegador.

Desconfía de lo imposible

Los descuentos estratosféricos, la exigencia de pago instantáneo o las solicitudes de transferir dinero por vías poco habituales (a una tarjeta personal, en criptomonedas, con tarjetas regalo) son señales clásicas de peligro. Las tiendas reales rara vez venden por centavos sin letra pequeña. No te dejes arrastrar por la euforia y recuerda ese principio tan útil: el queso gratis suele estar en la ratonera.

Examinar al vendedor y las reseñas

Si compras a un tercero (en un marketplace o mediante clasificados), revisa su historial. Lee reseñas en sitios independientes y mira la fecha de creación de la cuenta. La ausencia de contactos claros, solo valoraciones genéricas de cinco estrellas o pedir un anticipo a una cuenta personal son banderas rojas.

Nunca compartas datos confidenciales

No compartas tu tarjeta completa, códigos SMS de un solo uso ni contraseñas por teléfono o chat. Bancos y comercios legítimos no solicitan PIN ni contraseñas. Si alguien insiste, estás ante un estafador.

Vigila tus cuentas y actúa rápido

En pleno pico de rebajas, revisa con frecuencia las alertas y los movimientos bancarios. Ante el mínimo indicio de fraude —un cargo desconocido o una llamada sospechosa— contacta de inmediato con tu banco y, si hace falta, bloquea la tarjeta. Reportarlo cuanto antes mejora las opciones de recuperar el dinero y limita daños.

Conclusión

En el ajetreo festivo, no bajes la guardia. Los estafadores se alimentan de la prisa y la codicia, pero conociendo sus trucos se puede comprar con tranquilidad. Si una oferta parece demasiado buena para ser real, probablemente sea un señuelo. Una breve pausa para verificar puede salvar tu dinero y tus datos: un precio pequeño a cambio de tranquilidad. Disfruta de las rebajas, pero no a costa de tu seguridad.