Licencia del Nvidia H200 a China: qué decide EE. UU. y qué implica

Nvidia aguarda una decisión del Departamento de Comercio de EE. UU. sobre la licencia para exportar a China un acelerador de inteligencia artificial aún más potente: el H200. Según fuentes familiarizadas con la política de la administración Trump, el departamento sopesa si relajar parcialmente las restricciones vigentes sobre tecnologías punteras estadounidenses. Una autorización de este calibre reconfiguraría, aunque sea en los márgenes, las líneas rojas que han acotado el mercado.

El H200 figura entre las GPU más capaces de la compañía. Basado en la arquitectura Hopper y fabricado por TSMC en proceso de 4 nm, integra 141 GB de memoria HBM3e y ofrece un ancho de banda de hasta 4,8 TB/s, prestaciones pensadas para grandes modelos de lenguaje y sistemas de alto rendimiento. El acelerador es aproximadamente el doble de potente que el Nvidia H20, el chip más avanzado que hoy puede enviarse a China.

Las preocupaciones de Washington por un posible destino militar de tecnologías avanzadas llevaron a controles de exportación anteriores. La prohibición sobre los chips más potentes de Nvidia no solo redujo sus ingresos en China, sino que también aceleró el ascenso de alternativas locales como la familia Ascend de Huawei. Según datos de analistas, Huawei Ascend concentra ya alrededor del 79% del mercado chino de aceleradores de IA. La velocidad de ese vuelco habla por sí sola.

Representantes de la Casa Blanca y del Departamento de Comercio evitaron comentarios directos sobre una posible autorización del H200, y se limitaron a enfatizar que la seguridad nacional y el liderazgo tecnológico de EE. UU. siguen siendo la prioridad. Entre líneas, el mensaje mantiene el tono: cualquier ajuste será quirúrgico.

En paralelo, Washington continúa flexibilizando las reglas de exportación de forma selectiva: recientemente aprobó el envío de hasta 70.000 aceleradores Nvidia Blackwell de próxima generación a Humain, en Arabia Saudí, y a G42, en Emiratos Árabes Unidos. Estos chips están llamados a sostener la siguiente ola de sistemas de IA, un anticipo de por dónde sopla el viento regulatorio fuera del eje chino.

Las deliberaciones sobre el H200 llegan mientras se revisan las restricciones a China. En un acuerdo bilateral reciente, EE. UU. anunció que reduciría los aranceles promedio a las importaciones chinas al 48%, un movimiento que podría interpretarse como el inicio de una recalibración más amplia de la política de exportaciones. No sería la primera vez que comercio y control tecnológico se mueven a distintos ritmos.

Gene Munster, de Deepwater Asset Management, señala que cambios en las reglas podrían mejorar de forma sustancial las perspectivas de Nvidia en China. En el escenario actual, el crecimiento de ingresos procedentes del país se estima en torno al 60%; si se reanudaran las exportaciones del H200, una estimación lo sitúa entre el 72% y el 75%. La diferencia ilustra cómo la aprobación de un solo producto puede inclinar la trayectoria de Nvidia en ese mercado y por qué esta decisión será observada con lupa. El mercado rara vez pasa por alto una palanca tan clara.