Nuevas normas de Google para desarrolladores amenazan la carga lateral y a F-Droid en Android
Google propone verificar identidades de desarrolladores en Android, limitando la carga lateral y amenazando a F-Droid. Impacto en seguridad y apertura.
Google propone verificar identidades de desarrolladores en Android, limitando la carga lateral y amenazando a F-Droid. Impacto en seguridad y apertura.
© A. Krivonosov
Google está redactando nuevas normas de registro para desarrolladores que podrían frenar en seco la carga lateral y, en la práctica, dejar en fuera de juego a tiendas independientes como F-Droid. La propuesta vincularía cada app a una identidad de desarrollador verificada, otorgando a Google margen de maniobra sobre la distribución de software incluso más allá de su propia tienda. La compañía presenta el movimiento como una mejora de seguridad, mientras que F-Droid sostiene que pone en riesgo la libertad de elección del usuario, el desarrollo de código abierto y el propio espíritu de apertura de Android. Para una plataforma que durante años se definió por su flexibilidad, el giro se hace notar.
La seña de identidad de Android ha sido la libertad: instalar aplicaciones directamente desde sitios web o a través de mercados alternativos lo diferenciaba de iOS. Ahora esa libertad se ve amenazada. Según el plan, los desarrolladores tendrían que proporcionar a Google documentos de identidad, identificadores de las aplicaciones y claves de firma, lo que de facto situaría a la empresa como guardiana central del ecosistema. F-Droid advierte que las reglas podrían acabar con F-Droid y con otras fuentes abiertas de aplicaciones tal y como las conocen hoy los usuarios.
Los críticos señalan que, pese a los controles existentes, la Play Store ha alojado apps maliciosas. Android ya incorpora Play Protect, que analiza y elimina software dañino, mientras que los proyectos de código abierto se apoyan en la transparencia del código y la revisión comunitaria. Reforzar el control de Google podría desanimar a desarrolladores independientes reticentes a compartir datos personales y, en consecuencia, adelgazar la oferta fuera de la Play Store, sobre todo en el caso de herramientas de nicho y orientadas a la privacidad que dependen de canales alternativos. El equilibrio entre seguridad y apertura siempre fue frágil; si se inclina demasiado, el ecosistema corre el riesgo de perder la diversidad que lo hacía vibrante.
Las reglas también probablemente atraerán el escrutinio de los reguladores, especialmente en Europa, donde la Ley de Mercados Digitales exige preservar la posibilidad de instalar software desde fuentes alternativas. En Estados Unidos, Google ya enfrenta investigaciones antimonopolio en torno a la distribución de apps, y controles de identidad más estrictos para desarrolladores solo amplificarán las críticas de que el ecosistema de Android se está empujando hacia la monopolización.