Los primeros benchmarks del Google Pixel 10 Pro XL con Tensor G5 muestran CPU y, sobre todo, GPU por debajo de lo previsto. Cifras y qué esperar en juegos.
Las pruebas más recientes del Google Pixel 10 Pro XL, construido sobre el nuevo chip Tensor G5, dejan un sabor a poco. Google había presentado esta generación como el mayor salto de rendimiento en la historia de Tensor, pero los primeros benchmarks dibujan un panorama muy distinto.
En AnTuTu, el teléfono obtiene 1,173,221 puntos, situándose en la misma franja que equipos con Snapdragon 8s Gen 3 y Dimensity 8350. La CPU suma 415,848 puntos —alrededor de un 15% más que el Pixel 9 Pro XL—, aunque sigue moviéndose al ritmo de los buques insignia del año pasado. Con nuevos chips de Qualcomm y MediaTek previstos para las próximas semanas, el Tensor G5 podría quedarse aún más rezagado.
La mayor preocupación llega en el apartado gráfico. La GPU PowerVR IMG DXT-48-1536 se queda en 367,206 puntos —cerca de un 20% por debajo de su antecesor con la Mali-G715—. En la práctica, eso la coloca más o menos a la par del veterano Snapdragon 8 Gen 1, una cifra que sabe a poco para un buque insignia de 2025. En 3DMark WildLife Extreme, el teléfono apenas alcanza 3,202 puntos, un resultado comparable al de dispositivos basados en Snapdragon 8 Gen 2.
Analistas apuntan a que parte de las discrepancias podrían derivarse de una optimización de software aún verde, pero las cifras, tal y como están, inquietan. Y con el foco de Google puesto en la IA y en su propia capa de funciones, cuesta imaginar que el rendimiento en juegos vaya a ser la carta de presentación del Pixel 10 Pro XL.