En China surgen RTX 4080 SUPER de 32 GB modificadas por CT AI: más memoria para IA a menor precio, pero con dudas de fiabilidad, controladores y térmica.
© A. Krivonosov
En China ha irrumpido una nueva hornada de tarjetas gráficas atípicas: unidades GeForce RTX 4080 SUPER modificadas que han pasado de 16 GB a 32 GB de memoria mediante métodos improvisados. No están vinculadas a NVIDIA ni a ningún fabricante oficial; talleres de terceros las rehacen pensando en otro público: no jugadores, sino startups y granjas de entrenamiento de redes neuronales que necesitan más memoria sin disparar el presupuesto. La idea es transparente: ganar capacidad sin pagar el peaje de la gama premium.
Estas tarjetas ya han asomado en los mercados chinos por unos 9.200 yuanes, alrededor de 1.200 dólares. Los vendedores no las ofrecen sueltas, sino por cajas, un detalle que sugiere producción en volumen. Las carcasas lucen el logotipo “CT AI”, la misma empresa a la que ya se ha visto mover grandes partidas de RTX 3090 y 4090 modificadas. Cada unidad monta una nueva refrigeración de turbina, llega envuelta en film protector e incluso incluye una pegatina con un supuesto sello de “garantía”, aunque esperar un soporte posventa real parece poco verosímil.
Todo ello apunta a un mercado gris en expansión para aceleradores de IA en China: baratos, capaces y, sin duda, arriesgados. Estos “Frankensteins” pueden ser una jugada astuta para cargas de cómputo intensivas; aun así, planean dudas sobre su fiabilidad, la compatibilidad de controladores y la estabilidad térmica. El trueque es evidente; la incertidumbre, también.