Hackeo a la RTX 5050: taladro, BIOS nueva y 16% más rendimiento

El usuario TrashBench demostró que actualizar una tarjeta gráfica no siempre implica pasar por caja: a veces bastan un taladro, un flasheo de BIOS y algo de aplomo. Desmontó una GeForce RTX 5050, retiró su modesto disipador de serie y le acopló un sistema de refrigeración de una RTX 5060, ajustando a mano los soportes y reforzando el conjunto con ventiladores de GAMDIAS. Después, con NVFLASH, cargó una nueva BIOS para elevar los límites de potencia y frecuencias: una vía audaz, aunque poco ortodoxa.

Tras la operación, la GPU comenzó a rondar los 3.3 GHz, aproximadamente medio gigahercio por encima de fábrica. El consumo subió de 120 a 140 W, pero la refrigeración más capaz empujó la temperatura a plena carga de 70 a 40 grados. El resultado fue una mejora del 16% en rendimiento, reduciendo casi a la mitad la distancia frente a la RTX 5060. Para un apaño casero, es un salto que impresiona y, sobre todo, una prueba de que los límites térmicos marcan más que las cifras sobre el papel.

En 3DMark, la tarjeta firmó 11,715 puntos en Time Spy y 2,703 en Steel Nomad, y en Port Royal se convirtió en la primera RTX 5050 en superar la barrera de los 7,000 puntos, lo que supone de facto un nuevo récord mundial. Los expertos señalan que, para la mayoría, sigue siendo más fácil y seguro sumar unos 50 dólares y comprar una GeForce RTX 5060. Aun así, el experimento deja claro hasta dónde puede llegar la inventiva cuando se combinan paciencia, herramientas y un poco de valentía.