M5 Pro y M5 Max en MacBook Pro: CPU y GPU modulares y lanzamiento en 2026

Apple prepara el próximo capítulo del MacBook Pro con los chips M5 Pro y M5 Max, que prometen un verdadero giro respecto a lo habitual: bloques de CPU y GPU separados. La idea suena ambiciosa y, de confirmarse, rompería la inercia de la gama. Este planteamiento permitiría a los compradores ajustar el equipo a la carta, eligiendo exactamente cuántos núcleos de CPU y de GPU necesitan en lugar de pagar por configuraciones prefijadas.

Los rumores apuntan a que el M5 Pro adoptará la integración SoIC‑MH de TSMC y el proceso de 3 nm N3P, lo que lo haría más liviano, más compacto y más eficiente a la hora de disipar calor que generaciones anteriores. Gracias a una mayor densidad de componentes, el silicio podría albergar más unidades funcionales en menos espacio, manteniendo un rendimiento estable y, a la vez, recortando los costes de fabricación.

A diferencia del M5 estándar, se dice que las nuevas versiones Pro permitirían combinaciones como una GPU al máximo con una CPU básica —o al revés—. Ese nivel de flexibilidad no se ha visto antes en la oferta de Apple, y colocaría a los M5 Pro y M5 Max en una posición singular. La contrapartida de este rediseño sería el calendario: por las tecnologías implicadas, las últimas conversaciones sugieren que estos chips no llegarían hasta 2026.

Expertos sostienen además que, incluso sin los M5 Pro y M5 Max, Apple no tiene hoy un rival directo: el actual Snapdragon X2 Elite Extreme y otros procesadores no superan al M4 Max en Cinebench y 3DMark. Con ese telón de fondo, un salto al M5 no haría más que afianzar el liderazgo de la compañía en dispositivos portátiles de altas prestaciones.