8K, 4K y 1440p a prueba: cuándo el ojo humano deja de notar la resolución

Un nuevo estudio cuestiona la lógica detrás de la carrera por resoluciones de pantalla ultraltas. Los investigadores descubrieron que, al mirar una pantalla de 50 pulgadas desde unos tres metros, el ojo humano no distingue entre 8K y 1440p. En el uso cotidiano, sumar más píxeles no necesariamente se traduce en un detalle más nítido.

El equipo midió cuántos píxeles puede resolver el ojo dentro de un solo grado de ángulo visual —lo que se conoce como resolución perceptiva—. Los resultados llamaron la atención: el límite alcanzó 94 píxeles por grado para el gris, pero solo 53 píxeles por grado para el amarillo y el morado.

El profesor Rafal Mantiuk, de Cambridge, señaló que abarrotar una pantalla con más píxeles la vuelve menos eficiente, encarece el producto y exige más potencia de cómputo.

Para validar las conclusiones, los investigadores crearon una calculadora de percepción que permite introducir parámetros de pantalla, distancia de visionado e iluminación para estimar diferencias visibles de resolución. Según esta herramienta, al ver una pantalla de 50 pulgadas desde tres metros, solo el 1% de las personas distingue 1440p de 8K. A partir de 4K, las diferencias desaparecen por completo.

La sabiduría convencional situaba el límite humano en 60 píxeles por grado, pero el nuevo estudio eleva ese listón y muestra que el sistema visual es más matizado, especialmente según el color y el contraste. Más que el alarde de la ficha técnica, la conclusión invita a fijarse en cómo el ojo procesa de verdad el color y el detalle; un recordatorio útil para quienes comparan pantallas guiándose por números antes que por la experiencia real de visionado.

Los hallazgos podrían influir en el diseño de futuras pantallas, en los procesos de renderizado y en la codificación de video. Quizá ha llegado el momento de que los fabricantes se pregunten si no hemos alcanzado ya el punto en el que los píxeles extra dejan de importar.