Guía de móviles para jugar en 2025: comparativa y claves
Comparamos móviles para jugar en 2025: RedMagic 10S Pro, ROG Phone 9 Pro, OnePlus 13R, POCO X7 Pro y Galaxy S25 Ultra. Rendimiento, batería y precio.
Comparamos móviles para jugar en 2025: RedMagic 10S Pro, ROG Phone 9 Pro, OnePlus 13R, POCO X7 Pro y Galaxy S25 Ultra. Rendimiento, batería y precio.
© A. Krivonosov
En el universo de los móviles pensados para jugar, decidir no es tan obvio. Cuentan la pantalla de alta tasa de refresco, el chip potente, la refrigeración eficaz y una batería grande; aun así, incluso entre los modelos «gaming» las diferencias son reales. Si vas a entrar en esta categoría, conviene tener claras las concesiones que estás dispuesto a asumir.
Dentro de este nicho, el RedMagic 10S Pro destaca: el equipo editorial lo considera un referente de relación precio-rendimiento para 2025. Monta una pantalla AMOLED de 6,85 pulgadas con resolución 2688×1216 y refresco de 144 Hz, lo que hace que las partidas rápidas se sientan fluidas y bajo control. La batería de 7.050 mAh con carga rápida de 80 W aporta una autonomía que se agradece. El chip Snapdragon 8 Elite y la refrigeración propia ICE-X, con metal líquido y un ventilador de gran tamaño, ayudan a mantener las temperaturas a raya bajo presión. La iluminación RGB y los botones táctiles adicionales en los bordes rematan el mensaje: este dispositivo nace con el juego serio en la cabeza.
Entre los primeros móviles para jugar en adoptar el Snapdragon 8 Elite de Qualcomm, este modelo combina un rendimiento de primera con una cámara notablemente capaz. Su mayor baza, eso sí, es el software propio de ASUS, capaz de elevar la experiencia en partida y hacer el uso diario más cómodo. En la práctica, ese ajuste con cabeza puede pesar tanto como la velocidad bruta.
Si el presupuesto aprieta, el OnePlus 13R merece una mirada. No se vende como móvil gaming, pero ofrece una pantalla excelente, alto rendimiento, batería sólida y una calidad fotográfica respetable. Demuestra que se puede jugar a gusto en un dispositivo más «normal», sin envoltorio gaming llamativo. La ventaja está en su versatilidad y en que exige menos renuncias en el día a día; lo que cede: menos trucos específicos para jugar y un pico de potencia absoluta algo por detrás de la élite.
Cuando el presupuesto es ajustado y el objetivo es simplemente jugar bien por un precio sensato, el POCO X7 Pro 5G es una elección lógica. Aporta los ingredientes correctos para su clase: procesador capaz, batería grande, pantalla de 120 Hz y carga de alta potencia. Queda por detrás de los buques insignia en cámara y refrigeración, pero si la prioridad es el juego móvil, está listo.
Para quien no quiere estética «gaming» y prefiere un teléfono potente que, además, destaque en juegos, un tope de gama como el Samsung Galaxy S25 Ultra tiene todo el sentido. Aquí no hay luces RGB ni gatillos extra, pero su hardware, el soporte y la flexibilidad general permiten jugar sin concesiones y, acto seguido, pasar a fotos, vídeo, trabajo o entretenimiento sin perder el ritmo. Las ventajas son claras: rendimiento, versatilidad, calidad. Los peros: precio elevado, cuerpo voluminoso y ausencia de controles específicos para jugar.