Marcas de agua ópticas: iluminación codificada contra deepfakes

Investigadores de la Universidad Cornell presentaron una nueva forma de blindar los videos frente a la manipulación: “marcas de agua ópticas”. En lugar de incrustar una etiqueta digital en el archivo, el sello se integra en la propia luz utilizada durante la grabación. La propuesta tiene su encanto: la autenticidad se traslada del archivo a la iluminación, un terreno donde los trucos de posproducción tienen menos margen para ocultarse.

El método, conocido como iluminación codificada con ruido, permite generar un código de marca de agua único que cualquier cámara puede registrar. Estos códigos se quedan en el metraje como marcadores temporales, lo que facilita detectar con rapidez ediciones o falsificaciones.

Para llevarlo a la práctica, pueden emplearse luminarias programables o bombillas corrientes equipadas con un microchip que modula sutilmente el brillo dentro de umbrales invisibles para el ojo humano. Esa practicidad pesa: en las verificaciones, los especialistas pueden señalar con facilidad incoherencias, desde escenas eliminadas y objetos añadidos hasta clips enteramente sintéticos.

En SIGGRAPH 2025, los investigadores demostraron que hasta tres códigos de luz distintos pueden funcionar a la vez en una misma escena, lo que multiplica el trabajo de cualquier falsificador. Afirmaron que la tecnología podría convertirse en una pieza clave contra los deepfakes y ayudar a recuperar la confianza en el video como fuente de verdad. A la vista de lo mucho que esta codificación de la luz dificulta la manipulación, la valoración parece bien fundada.